


Creo que nunca, nunca, nunca, se habló tanto de dos personajes como de nuestra "Luna" y nuestra "Muerte". Aquí dejo algunos momentos de esos tan bellos de camarines, actores que se maquillan, actores que conversan, y para desacralizar un poco, partes de sus vestuarios, diseñados mágicamente por Soledad Capurro, que esperaban ser trasladados al escenario, para la función de esa noche. Porque el teatro es representación y no vida. Porque la ilusión se hace de fragmentos.
Si quieren saber o ver más vayan al Solís a ver Bodas de Sangre.
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